Todas las tardes, después del simp… la prueba de su éxtasis me regala con broche de oro, mi Adicta Elegante. Yace lengüeteada

Le descubrí una flor pegajosa y me dijo que era su imaginación. Descubrí su cintura inundada y me dijo que la saborease: «¿Acaso, mi varón,

Con decoro y mucha tinta desencadenada mi mujer me envía muchas rimas sobre el más humano y exquisito deber

La poesía desnuda el alma. Sabrosa y provechosa goteás. Así, parece que el tiempo no pasa. ¡Ay mamacita parrandera cómo me quitás el sueño!

En el agua la veo la encuentro la huelo la muerdo

Estoy harto de escuchar sonar las mismas canciones en la radio. Y no, no quiero que me mandés tu guayaba peludita ahora. Y aunque te escribo

¿Puedo chuparle sus huevos y su hermosa verga, mi Señor? «¿Qué querés puta?» ¡Señor, le ruego e imploro que me permita chupar

«Nunca podré someter a este indómi… —Pedro de Alvarado [Cuánto, cuánto, cuánto, cuánto... ¿Cuánto cuesta alcanzar un sueño? ¿Cuánto cuesta la libertad de verd…