«Adicta elegante» de «Solaz sobre las nubes»
Todas las tardes, después del simposio,
la prueba de su éxtasis me regala
con broche de oro,
mi adicta elegante.
Yace lengüeteada
con su melosa piel;
armoniosamente
caliente y húmeda...
¡Iluminándome!
Por devoto y sigiloso
a su placer,
su sabor poseo
en mi lengua,
en mis vendas,
¡en todo mi ser!
¡Ah, a pura intimidad
saben todos mis dedos!
Aun así, sus maliciosos
ojos de gata y jugosos
labios me gritan:
«¡Cómame más!»
Está mordiéndose el labio,
¡ah, tan jugosa y ansiosa es!
Y lo sabe muy bien...
Pero firmemente le contesto:
«Mm... ¡Hasta mañana, preciosa!»
Me mira pasándose la lengua
por sus labios de arriba
y abajo, con sus manos,
exhibiéndose toda:
«¿Acaso me va a dejar así llena
de anhelo, mi amante caballero?»
«Sí, ¡hasta mañana mi
golosa adicta elegante!»
(«¡Ay, ay, ay papi! ¡Por favor, no me deje así!
¡Ay, ay papi, por favor, no sea tan grosero!»)
En esta edición de «Solaz sobre las nubes», encargada a Ediciones Helios, Dosártes matiza su romanticismo con el realismo de la pasión. Quien lea estas rimas depuradas en su totalidad; no solo leerá los sabrosos detalles del amor, sino que incluso los sentirá y será elevado a las nubes durante su lectura.
A propósito, se puede apreciar en cada una de sus rimas la dedicación y filosofía que caracteriza la gustosa poética dosartina. Sin lugar a dudas, este poemario demuestra nuevamente la potencia lírica de Dosártes.
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