Añoro
Añoro un ocaso perdido en el tiempo sin nada...
Añoro crear con asombro el camino que sólo
mi propio reflejo transita...
Añoro correr al refugio, de esos espacios apresurados, que junto a mi lagrima gris
deslucida... forzaban las puertas de un corazón harapiento; que detrás de sus sucias ventanas.
Lograba sentir, en el soplo perdido... El deseo de
acomodar ciertas cosas Y avanzar por las rutas
paralelas... Con sus plumas Y flores que aliviaban su vida en ocasiones.
Añoro todo lo que me traje... La voluntad Y mi propio designio, para no socavar en mis propios
pensamientos.
Añoro dejar de resistirme a la tentación de detenerme Y a cambio seguir avanzando
en todas las direcciones cualquiera... Y dar tantas vueltas sin rumbo en el olvido... Salir corriendo, perderme de vista.
¿Te encuentro añoranza, en el sucio abandono
de mis pies enpolvados?
Tu abrazo es sentir a los ríos fluir
Y poder esfumarte sobre las estrellas... En lo invisible del ocaso.
Añoro la inclusa pesadumbre tan frágil
completa de una erupción incandescente
donde vuelca la pared de mi efímero silencio...
Allá donde la rosa que he olvidado, anclaba tras las puertas, las manos apartadas... Una historia
en la estación de un verano....
¿A caso añoranza, Te encuentro en el resguardo
de fantasmas repentinos que aullan explorando
en los cauces olvidados, de lo que poco se recuerda?
Añoro poder estar presente, ese mismo dia
que descienda la silueta imperceptible
Y cuando abra los ojos, poder percibir
lo que añoro en estas historias que invento.
