Cargando...

Wey...

Así sin más.

Wey, otra vez estoy aquí, pensando en ti, pensando en mí. De nuevo estoy escuchando mi corazón romperse y esta vez no es por ti, mi amor, sino por mí. Por pensar que ésta vez sería diferente, por pensar que tú eras alguien especial, que eras el sol, la más grande y más hermosa de las estrellas; y no, no fue así. De nuevo me encuentro tomando vino con la decepción y cerveza con el corazón, ése estúpido corazón que al parecer no entiende, no aprende y siempre termina derrotado, destrozado (...)
Quisiera de una vez por todas hablar con la razón y preguntarle por qué es que mi cerebro se apaga, se desconecta cuando miro sus hermosos ojos color avellana y su sonrisa encantadora... no lo entiendo. No entiendo por qué si tomé precaución tras precaución terminé de nuevo en esta maldita situación.
Aquí estoy otra vez, pensando en lo que fue y no será. Hoy vuelvo a escuchar a mi corazón romperse. Hoy, después de meses, vuelvo a sentirme derrotada, con ganas de hacer nada, pero llorar todo. Llorar todas las ilusiones que me hice de ti, llorar todas las mariposas que al parecer llegaron a mi cerebro, nublaron mi razón y sólo me permitieron pensar en ti, sólo en ti y nadie más que en ti.
Mi amor, no necesito tus abrazos, no necesito tu cariño y amor, no necesito escucharte ni verte, mi rey, no te necesito para nada, pero como diría el gran poeta, te quiero para todo...

Otras obras de Itzel Vieyra...



Top