Pobre piel con vida, pobre piel inocente,
Que un día va a morir y ni siquiera lo siente,
Pobre vida mía, pobre alma mía
O pobre de la existencia de tenerme día a día.
Entre toda la tragedia, entre toda la alegría
La tristeza nunca deja de tocar su sinfonía
Que se escucha claramente como algo se moría,
Pobre esperanza mían en el lecho yace dormida.
Y como si la muerte de mi anhelo ya no fuese suficiente,
Vivir con la tristeza resonando en mi mente,
Y mi alma casi rota y la duda casi ardiente,
Con la fuerza a veces fría y la lagrima caliente.
Y con toda la agonía ya la mente desvaría,
Me parece fantasía creer que alguien me amaría,
Me parece mi existencia ser mas solo un accidente,
Y no lloro
y no río,
porque ya no me es doliente.