DISTANTE
Y pensemos en mí, viví una vida que yo predique, vendí mi alma a un demonio,
el acepto y conmigo bailo, lo bese, el me beso, me postre a sus pies, reverencia le brinde.
Adoraba cosas que no podía controlar, pague por pecador, enamore a quien no debía,
de ella me burle.
Al ver caer sus lágrimas, se formaban ríos, ríos de color purpura, con ciertos vientos de
tristeza, de un alma destrozada,
El demonio me observa, se ríe de mí, mientras agonizo, ella pensaba en mí, me encontraba
vivo en sus sueños, mientras yo pagaba la condena, al pasar una larga temporada en el
infierno. Ciento como mi corazón y alma sueltan un olor fétido, solo me queda el
consuelo de saber que ella aún guarda mi más preciado recuerdo.
