BÚSQUEDA
Quien busca no halla, pero quien no busca es hallado.
Franz Kafka
En medio de la función
la vida me tomó de los cabellos
y me sacó de un sombrero.
He llagado tras la huella de un pájaro en la nube,
surqué constelaciones a la deriva
de un globo azul y verde;
casi choco con varios satélites
y aterricé al lado de un frailejón
en la boca ígnea de un volcán.
Con el alba he llegado, a lomo de rocío,
desde ese lugar lejano
donde nacen los agujeros negros,
nací ya con la piel herida por arbustos,
aun huelo a febrero
y a sangre me huelen los agostos.
Un pez viaja entre mis sienes,
eso explica que mis lágrimas sean escamas.
Busco, todavía busco,
esa mirada que calme este apetito.
Perdido en el cañaduzal de la vida me alimento de miel,
me arriesgo a cientos de aguijones
que inflaman
esta gruta escabrosa hacia tu frente.
Te busco desde que partí del sombrero,
desde que huí en un globo manchado de mar.
Camino delante la huella
para saber que fui primero.
Por ese camino encontré a Narciso,
ciego por la edad, ante un estanque,
retocando sus cabellos otoñales.
En cada camino vi lo mismo,
este mundo debería ser un espejo.
Busco, todavía busco...
Con mis manos que saben a colmena palpo...
No encuentro esos ojos
que irrumpan el silencio de los míos,
detengan el tiempo,
arranquen de su centro al segundero.
Busco, todavía busco,
ese beso que sea más infinito que el labio de Cronos.
¿En cuál de estos caminos colmados de estanques
se detendrá el tiempo?
¿A qué distancia estaré de tu mirada?
¡Sal, amor desconocido!
Sal ya a mi encuentro,
que de regresarme tras la huella borrosa por el viento,
me quedo aquí al borde de un espejismo
muriendo de tu ausencia.
Piaciuto o affrontato da...
