El dolor inmenso del aire en la vida cotidiana. Leer literatura, acaso aventura es una palabra lejana. Leche en polvo, café instantáneo,
Buscaste una respuesta, sí. Un aliento que come desalientos, pianos, trompetas, sí... Tal cual ocaso rompe-alma tu grito se intercaló entre tu car…
Tiene ese cansancio que acumula tiempo, la mirada, los pétalos azules indemnes del oxido. Tiene conceptos y palabras
Amarraron la mosca. La mosca era un punto, menos que u… poco más que un fin o un suspenso extendiéndose alrededor de la cabe… Caminaron con la mosca por todo el…
...aprendimos a matarnos, a revivi… En el extranjero surgió el temor a ciertas catarsis… y rescate del umbral de nuestro su… viejas radios del Setenta, con can…
ya no sé que es lo que estoy dicie… estoy quebrado mi voz está quebrada disperso entre la nada como una te… el sonido de la tiza ajena
La realidad golpea con la fuerza de un martillo a los poetas a los soñadores a los enamorados
Tu rostro, educado entre lo estéti… feamente interpretado, realmente b… mirado e ignorado; hogar de una identidad cambiante y… El sin fin de rostros en tu rostro…
2) demasiado atrás: amor-todo. 1) No tengo tantos ases en la manga para tanta no-poca partida de Poke… el puló-ver abrigado de mi glacial…
Y acepto. Acepto la música triste… otro día más, lloverá y me resfria… de agua para saciar mi sed– como n… Y mientras viajo en el colectivo (… Soy y no soy aquel que te ha es…
...arrulla el león el ala de una l… Quiero decir: te ves de té con ese pincel entre… Estamos perdidos en los altos bosq… que alucinan un pasado evo...
...fue escondida por el silencio. Con tiempo activo o movimiento la… La trato como a un brazo, un ojo olvidable. Yo, en mi corazón, creo que es
un sofisticado un exagerado ángel de metal en la ciudad del hi… accionista de días domingos el más útil para inutilidades
La luna, frente a la imagen de lo… el ancla de lo posible.
El ruido es desolador—estoy más solo que en otros poemas. Me sacude la inmensa identidad del mundo: esto es, una presión que me comprime, deprime, suprime... La innegable obediencia de ...