El seductivo imperativo de escribe y mi deseo íntimo, secreto, de explicar un sentimiento íntimo, secreto también,
A la víbora, víbora de la mar, la… señor usted tiene mas de cuarenta… debe saber que la víbora ahora te… será mejor que siga en su quia-ser… que no puede restar números, sino…
Flama, sí, de las azules, alabado sea el señor de los teatros, besemos a las copas, viene el vino… Tengamos sexo en las islas más cer…
Los pájaros van al silencio de la… y despiertan otro día.
Empiezo diciendo comienzos sin decir jamás más finales que el prometido: muera el comienzo en mi lengua de tiempo, muerdan mis dientes recuerdos futuros: he dicho tantas veces lo ya dic...
Preocupaciones en un día de lluvia… Bajo esas goteras estoy yo mirando… Preocupaciones sobre la página de… ...es el día de estar solo como… Viernes; mirar arriba; apuntar los…
[...]soy también lo ausente en mis poesías, la espalda de mis palabras, una autentica costra que avanza unida a mi piel.
Sí una persona entra en tu pecho te dejará una herida dulce... Ocupará tu cuerpo.
Con la intención de perdonar recor… Mirándolos de abajo para arriba, noto que hay montañas que empiezan… Tengo que perdonarles una paradoja… son tan iguales y tan distintos un…
Gente en la fila, gente en la calle, gente en las estaciones, en los trenes, en los edificios; que propicio en esta noche
Tiene ese cansancio que acumula tiempo, la mirada, los pétalos azules indemnes del oxido. Tiene conceptos y palabras
Si una casa es la soledad deben de existir ventanas y puertas... En esta soledad, sintiéndola acogedora y hogareña, vienen mil visitas y se van mil libros; mil libros y quizás dos mil l...
¿Qué les digo? ¿Lo que quieren oír? Mejor me hago un pequeño eco entre… me hago sonido de agua, un olor a… Ya nadie cultiva personas en mi vi…
De entre todos los acertijos, me gusta rememorar aquel enigma que la Esfinge de Tebas cruelmente cantó frente a Edipo. Creo que describe la naturaleza de…
Arañas se mueren en el borde de mi puerta. En mi baño hay lombrices que suben las paredes. Y vivas ¡Por-algún dios! y casi t…