Remorder de dolor el alma siento mil veces un temor de cosa inciert… un nuevo sobresalto en mí despiert… de venidero daño el sentimiento. ¡Oh desaventurado pensamiento,

Pastor, ¿cuál ocasión, cuál cosa e… qué infortunio cruel, cuál fiero h… te trujo a apacentar nuevo ganado tan lejos de tu bien, a esta monta… La nueva novedad de tal hazaña

Como teniendo en tierra bien echad… las raíces un árbol se sostiene, y como del humor que de ellas tien… las ramas son criadas y guardadas; como si le serán todas cortadas,

En esto podéis ver, señora mía, la razón que tenéis de maltratarme… que si vengo ante vos para quejarm… el temor me acobarda y me desvía. Anda tan ciega ya mi fantasía

Por una alta montaña, trabajando por llegar a la cima deseada, una piedra muy grande y muy pesada sube Sísifo a cuestas suspirando. Mas no tan presto arriba llega cua…

Carbón, si dar favor suele fortuna a un fuerte corazón determinado; ¿quién como tú jamás fue tan osado en cuanto rodea el sol y ve la lun… ¿Quién tuvo, di, jamás razón algun…

Por los ojos amor entra y derrama en el alma un ardor que la enflaqu… el ansia de gozar, fuego parece; templada obstinación su fuerza tra… De un hijo que amor tiene, el cual…

Padre Océano, que del bel Tirreno gozas los amorosos abrazados, de gloria, si sintieses mis cuidad… cuanto yo de pesar estarías lleno. En la parte del cielo más sereno,

Vuestro nombre, señora, que asigur… cuanto vuestra beldad hace dudoso, demás de aquel mirar dulce y piado… han sido la ocasión de mi tristura… Temía, y con razón, esta aventura,

Atrevido Carbón, tan animoso cuan falto de favor y de contento, no se alabe Faetón de atrevimiento pues fue el tuyo más alto y más fa… Aquél, guiando al sol, de temeroso

No es sabrosa la música ni es buen… aunque se cante bien, señora mía, si de la letra el punto se desvía, antes causa disgusto, enfado y pen… Mas si a lo que se canta, acaso su…

Sobre las ondas del helado Ibero, incauto niño, y sin saber, corría, cuando el hielo, que fuerza no ten… quebrando, se mostró crudo y sever… El río, que veloz iba ligero,

No tenga yo jamás contentamiento, ni pare hasta el alma el dolor mío… ira, saña y desdén, pena y desvío sean la paga al fin de mi tormento… fálteme al mejor tiempo el sufrimi…

Quien tanto de su propio mal se ag… señora, como yo, razón le falta, ni por nuevo dolor se sobresalta, ni del que ha de venir recela nada… Quien tiene el alma ya tan transfo…

Si vos pensáis que por un ceño air… por abajar los ojos y enojaros, o por huir de mí, por alejaros, torcer el rostro con mirar turbado… saldréis del alma mía, o que el cu…