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Proceso para unas trizas

“Cuando el mundo quede reducido a un solo bosque negro para nuestros cuatro ojos asombrados,
en una playa para dos niños fieles,
en una casa musical para nuestra clara simpatía,
yo te encontraré”
A. Rimbaud.

Espejo antiguo y hermoso,
testigo de nuestra habitación,
ríes y devuelves displicente
la imagen de nuestra mutación.
 
Anodino lago oscuro y turbio
reflejo desolado en el que me envuelves.
Rabia, puño, golpe, grito, trizas.
Ahora espejo mágico,
reflejando congelado lo que nos dijimos los dos.
 
Caen mil fracciones alejadas, aisladas,
mostrando el pasado,
más cada pieza rota y gira,
reflejando algún futuro anhelado
en mi imaginación.
 
Niña maga quebrada,
mi corazón no puede con más dolor.
Cada foto, un poco de lo que éramos,
mi mente bruja teme lo que seremos
si seguimos cantando esta canción.
 
Suelo cortante impregnado de nuestras fotos cristales,
fragmentos pájaros negros de desolación,
arrastrados por tenue brisa en toda dirección.
Desespero a gatas sobre ellos,
no podré recomponerlos,
quiebran el espacio-tiempo,
no encajan con mis movimientos torpes,
mientras tiño de rojo sus filosos bordes
cortando esencias tristes traslucidas sin color.
 
Impasible yo, mientras caen sobre las trizas
la lluvia suave que recorre mis mejillas,
sal de sudor, furia hecha sangre y desesperación
mezclándose todo con los cristales.
Con magnetismo surge un reunificado espejo,
un nuevo amor.
 
El espejo renovado,
con parte de mi integrado,
es ahora una sola pieza,
aún más antigua que la anterior.
 
Acompaño la esperanza purificada
con destilado ambarino licor,
dolor silente, paciente, liberador
que deja, lo más íntimo de mí, expuesto al sol
y decido entender las risas con suspiros en tu voz.
 
Agonía extinta, abrazo la locura,
bendito el dolor que me lava y me perfuma,
dejándome vestida para delirio
envuelto en humo, que todo inunda,
disfrazando el desamor.
 
Enajenada por el deseo
no se agota en mi
la de ti obsesión.
Asumo otra oportunidad,
arrepentimiento ausente,
mis ojos hablan de tu faz transmutada
en mi almohada grabada,
ella con su tacto caricia de cielo blanco oscuro,
me permitirá dormir,
descansar y amanecer sin un adiós.
 
Dentro de mi estás,
el espejo me susurra
mañana será otro el reflejo del valor.
Preferido o celebrado por...
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