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Breviario 1 a 10

1
Estabas... y no te ví.
Cuando te encontré, ya te habías ido.
Pero yo decidí seguir...
Reconstruí el camino que nunca surcamos.
Y con los reflejos, aprendí a ser feliz...
Estabas, te vi y nos quedamos, muy juntos.
Aún llevo conmigo el espejo en el que te vi venir.
Las lágrimas y las risas hacen buen cóctel...
...cuando has aprendido a beber.
Estaré, pero sé que me iré.
Tu te quedarás en algún otro lugar.
¿El espejo inmortal? ¡A saber que reflejará!

2
Hay muchas formas de traicionarte, más con una basta. ¿Lo importante? una vez consumada la deslealtad, sacar fuerzas desde las entrañas desgarradas y remontar la escalada. Es la única ruta para deambular coherentes y fieles, sin temor a volver atrás, ni transmutar a estatua de sal.

3
Quiebra y quiebrate las comisuras, juega a rompernos todas las costuras, y abre inmensos ojos que lleven al jardín en el que ni tu ni yo nos vemos venir. No hay nada más inútil que intentar olvidarnos así.

4
El carmesí baña las sonrisas extraviadas entre tu todo y mi nada. Gotas dolientes caen sobre los pétalos blancos nacarados de la inocencia inicial. Cada reto de la vida ha abierto aún más nuestra dolida herida, por la falta de libertad. Caminando sobre delgada placa de hielo, ilusiones que no quiero quebrar, tu aliento y el mío soslayaron la certeza de que casi nunca lo que queríamos sería lo que tendríamos. Si hay algo escrito es que tocaría luchar para acercar nuestros más sencillos deseos a la reticente realidad.

Las opciones, llenas de falsedades, prejuicios y engaños del espejo y de la fatalidad, son tan fáciles de concebir y tan difíciles de ajustar, que se hace peligroso equilibrar el querer y el poder en este juego del que no sabemos escapar.

Y si a mi amor propio le entretejo el amor de mujer, se condensa una combinación imposible que ¿acaso podré sostener? No vislumbro adiós sereno, más tus benévolos ojos cicatrizan mis temores, fecundas en mi toda la bondad de la que soy capaz. Tu fuerza creciente me mantiene viva, sin importar tu lejanía, sé que a mi lado estás.

Que el compromiso entre tus pasos y los míos nos lleve a ese bendito camino, rodeado de troncos certezas, cubiertos de musgo sutil, tus flores recuerdo de logros y mis ramas creciendo pasiones. Hojarasca bendita la que entretiene nuestros pies, hecha de los deseos que no pudimos conservar, en este bosque que no se puede habitar, espanto de cualquier alma inmortal.

Compañero mío, vamos con nuestras manos atadas, los ojos entregados y los corazones acompasados, que el sentido es tuyo y mío, con valentía y lágrimas sabias avancemos más y más. Tu camino es mi camino, nos reconoceremos al llegar.

5
“Cuando, aún a sabiendas de la fragilidad del momento, existía el asidero, la delgada atadura a la seguridad, el sereno y calmo batir de las +olas+” Variación de un  poema de Germán Talaván

                                                                                                                        Para Nuria

A veces la vida te sienta a la orilla,
se eternizan los tiempos del ver pasar,
las gotas caen lentas, te quedas sin fuerzas,
las melodías se desdibujan en el horizonte eternidad...

Es que llega el tiempo de búsquedas internas preciosas,
y por mucho que cueste no poder nadar,
los futuros fondos revelados de ilusiones y felicidad
están de nuestro lado... comprendidos, irán a más...

Una dulce sonrisa te brindo, refleja lo que puedes
y sabes dar... Una caricia al alma para la nueva etapa
en la que volverás al día a día, encontrando tu lugar...

Tus propias manos con su sabiduría te ayudarán
a despertar las esperanzas y certezas, para,
porque así lo quieras, volver a luchar...

Yo, si me dejas, te acompaño en el camino de mar, Nuria,
me alegro de qué, si te he dado esto, es que ¡Aquí estás!

6
Tu risa resuena en mis entrañas, las ilusiones flotan libres, pero extrañas. Y sólo sé mirar al horizonte rosa que dibujan mis sueños de libertad. Estás en todos ellos, bailas sin resuello y me enseñas a navegar y a esperar. Dame la mano, dancemos un poco más...

7
Allí vienes, con tu sonrisa de niño que quiere jugar... Las manos abiertas, expuestas, mostrando sin ambages heridas blancas y muertas. Y los labios sellados, con todo por gritar. Allí, comprimido en ese brillo de ojos que me lleva a aceptar. Nos fundimos en un abrazo y comenzamos el canto lúdico que brota desde dentro, sin pensar.

8
Mi mundo se ha llenado de recuerdos de ti. Flotan, bailando frágiles, transparentes, se paralizan, me miran, me sonríen y continúan su devenir. Ya no sé si estoy en lo mundano o en ellos. Creo que confundo las transparencias con el mate y saltando de uno a otro, no puedo discernir. Mi mundo nuevo de ti, mi mundo antiguo de ti. En el nuevo me complaces, el antiguo me trajo aquí. En el nuevo te deshaces y el antiguo te construyó en mí. En el nuevo soy un fantasma, en el antiguo no sabía el porvenir.

9
En esta cueva llena de calor y humedad me desenvuelvo con soltura, voy de aquí a allá sin ver, todo lo sé, conozco las rutas para calmar la sed y las amarguras. Exploro los rincones de siempre y recorro los rastros que dejas en mi alma al verte. En esta cueva oscura puedo moverme con total libertad.

10
Se rompió. Sin llegar a caerse, el cofre estalló. Ni un solo golpe. Fue más bien una exhalación.  El juguete yace muerto. Están sueltos todos sus vericuetos y del centro se ha liberado una flor. Más bien un botón que es todo un primor, cambiando continuamente de color. Nacarado y aterciopelado. Condensa en sí todo lo bello de ti. Ya no atesoraré más tu estar en ese cofre. Pondré la flor en un jarrón con mucha agua y la dejaré morir.

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