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Hasta aquí hemos llegado

“Hasta aquí hemos llegado”-dijo sin aguantar la respiración.
Nadie sospecho lo que ocurrió aquella lúgubre noche.
Las vetustas tías sollozaban, los primos más truculentos e incluso los más benévolos se miraban atónitos, los mayordomos de librea absortos arqueban las cejas, las zarcas primas se desmayaron y la pavada de invitados sucumbían entre llantos y lloriqueos.
El acontecimiento los sorprendió en un castillo de estilo gótico con muchas habitaciones. Adornando las galerías, lienzos de Goya y Munch, y un tenue sonido ambiental de la Czárdás de Vittorio Monti reproducido en un gramófono bañado en oro.
¡¿Donde está?!-berreaba el novio con su atlética voz.
¿¡Que sucedió!?,¿¡Donde esta mi....!?¿Quién se fue?-balbuseaba la bisabuela con su machacona alarido.
Ella, alegre y sensual como una salsa cubana, colgaba unos aretes lapislázulis cumpliendo con la fiel tradición inculcada por su tía Obdulia, las mas vacilenta de las tortugas (una Mesalina de pestañas postizas, piel de pergamino y largas piernas caucásicas de sandungueantes caderas al caminar, tradicionalista al por mayor)
Todo el lujo increíblemente custodiado por un antiquísimo y florido pensil, decorado por gigantescos álamos, suculentos cipreses, algarrobas de infinito bordo; flores de caléndulas, tulipán y vicarias orlando los senderos y cuatro inmensas pérgolas con techos de teca.
Un auténtico reposo de la más alta alcurnia de la sociedad capitalista occcidental, la creme de la creme. Rodeados de finísimos juegos de té de porcelana y suntuosas chandeliers de cristal.
Todos empapados en un salada llorera.
Para contentar a su familia y a la Mesalina de Obdulia, se empeñó en decorar su altivo cuerpo peral.
Su brazalete azul marino atado a su estrecha muñeca izquierda era lo más nuevo que poseía;para continuar con la tradición "lo viejo” fue su anillo engastado con un diamante rojo que utilizaba desde los 15 años; una “nueva”piedra fulgurante de intenso lila circundaba su dedo anular y "lo prestado” fue su largo velo diáfano que tomo del closet de su madre, muerta hace dos meses.
Era el momento mas ansiado de toda acomodada joven, cumplía su anhelo, un casamiento con sus mejores amigas, las infantes de su kindergarten, las mancebas de la secundaria, las estrafalarias de la universidad de Gent, y las chupasangre de la oficina del ministerio
Una exótica playa del Mar Caribe fue anfiteatro elegido, como en las famosas novelas del corazón.
Sus luminosos ojos azules se confundían con las estrellas y su pálido cutis de alabastro con la luminiscencia de la luna.Su novio aguardaba atónito ante tanta belleza.Él esperó al costado del altar, indulgente como siempre, demostrándolo con una sonrisa suave y unos ojos verdes brillantes.
Su tez bronceada por sus prácticas acuáticas y francachelas en los yates, le daban un aire de tipo galán, esbelto y fornido.Una tupida barba de enhiestos pelos taheños, un pelo rizado reluciente como el oro y un traje de corte tweed escoces color brea, formaba un look aposemático.
Mientras los pulcros invitados estaban acomodados en las poltronas de lino sol chocolate, otros abigarrados en el parque, bebiendo en el orangerie o charlando en la mansión, los más pequeños escondiéndose entre las faldas de las damas y en los tartán de algunos caballeros.
“Hasta aquí hemos llegado”
Las alfombras persas se humedecieron;los jarrones egipcios rebosaban de sangre y los inciensos japoneses se apagaron.
Al fin se puedo desfogar.
“Hasta aquí hemos llegado”-dijo por última vez.Mientras su largo velo de tul ondulaba en la trapisondas.
Enfrentó el temor a la muerte sobre la esperanza de vivir, como Safo de Lebos, como Virginia Woolf, como Alfonsina Storni.

Ejercicio de escritura creativa.Empezar un relato con la frase: "Hasta aquí hemos llegado".
No me gusta,muchas descripciones.Pero es lo que hay.Creo que lo iré modificando y corrigiendo.

#Alfonsina #Hasta #Safo #Virginia de Lebos Woolf Storni aquí hemos llegado

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