Tenías, ay, tenías cielo y tierra… abiertos, y dorados y extendidos: en tus dos ojos griseaba la caña y el cafetal estaba en flor y en s… y los granados rompían el aire.

Isla de Puerto Rico, isla de palmas, apenas cuerpo, apenas, como la Santa, apenas posadura

Nacieron juntas, vivían juntas, comían juntas Marta y María. Cerraban las mismas puertas, al mismo aljibe bebían, el mismo soto las miraba,

En donde Chile cansado por fin de rutas y espacio quiere morir como todos, gacela, coyote o ganso, él empecinado aún

Yo dije: “ahora a que la pobre Ma… Ella robó su rostro, ella ofendió… ella cubrió su voz para que no lla… Una voz dijo: “Vive para aprender… Con sólo que camines te la irás en…

Están redimiendo el cobre con las virtudes del fuego. De allí va a salir hermoso como nunca se lo vieron las piedras que eran sus madres

Detrás del muro encalado que no deja pasar el soplo y me ciega de su blancura, arden fiebres que nunca toco, brazos perdidos caen manando,

Tengo de llegar al Valle que su flor guarda el almendro y cría los higuerales que azulan higos extremos, para ambular a la tarde

Ganas tengo de cantar, sin razón de mi algarada: ni vivo en la tierra de donde es la palma, Ni la madre mía

Si me ponen al costado la ciega de nacimiento, le diré, bajo, bajito, con la voz llena de polvo: —Hermana, toma mis ojos.

Estoy metida en la noche de estas raíces amargas, ciegas, iguales y en pie que como ciegas, son hermanas. Sueñan, sueñan, hacen el sueño

Esta era una rosa llena de rocío: éste era mi pecho con el hijo mío. Junta sus hojitas

El maíz del Anáhuac, el maíz de olas fieles, cuerpo de los mexitlis, a mi cuerpo se viene. En el viento me huye,