¡Había caído en cuenta conforme pasaban los días de otoño, que el carrusel se detenía, se apagaban las luces, la música y es que ya no girábamos más en un mismo eje, dejamos de sentarnos en el mismo lugar, de cantar las mismas canciones, dejaste de estar, y yo hoy, aquí me bajo!

Y detenlo todo, que ya no queda energía para seguir en este juego, ya no la hay, me canse de escuchar siempre la misma canción, y de las luces intermitentes que no dejaban ver claro a donde íbamos, y, aun así, aquí me quede sentada viendo como intentas reparar cada foco fundido, cada desperfecto, pero no me atrevo a decirte que ya no funcionara, que ya es muy tarde, y que él hubiera ya no existe en mi vocabulario.

Gracias por cada vuelta, gracias por dejarme conocer esa canción y por todo lo divertido que fue cada aventura dentro, que me quedare con eso, ¡con cada sonrisa que me sacaste y con cada una de las veces que me hiciste suspirar!,

Ya el reloj me amenaza porque sigue pasando el tiempo y sigo sentada viendo cada uno de tus intentos y no lo permitiré de nuevo, así que me detengo solo un momento, te beso y me voy.

G.