#Españoles #Fábula #SigloXVIII
Poco antes de morir el corderillo lame alegre la mano y el cuchillo que han de ser de su muerte el ins… y es feliz hasta el último momento… Así, cuando es el mal inevitable,
Dentro de un bosque oscuro y silen… con un rugir continuo y espantoso, que en medio de la noche resonaba, una leona a las fieras inquietaba. Dícela un oso: «Escúchame una cos…
A una Culebra que, de frío yerta, en el suelo yacía medio muerta un labrador cogió; mas fue tan bue… que incautamente la abrigó en su s… Apenas revivió, cuando la ingrata
Después de haber corrido cierto danzante mono por cantones y plazas, de ciudad en ciudad, el mundo todo… logró, dice la historia,
Asustadas las liebres de un estrue… echaron a correr todas, diciendo: «A quien la vida cuesta tanto sust… la muerte causará menos disgusto.» Llegan a una laguna, de esta suert…
Sin Rey vivía, libre, independien… el pueblo de las ranas felizmente. La amable libertad sola reinaba en la inmensa laguna que habitaba; mas las ranas al fin un rey quisie…
Débil y flaca cierta comadreja, no pudiendo ya más de puro vieja, ni cazaba, ni hacía provisiones de abundantes ratones, como en tiempos pasados,
En los montes, los valles y collad… de animales poblados, se introdujo la peste de tal modo, que en un momento lo inficiona tod… Allí donde su corte el león tenía,
Un labrador miraba con duelo su sembrado, porque gansos y grullas de su trigo solían hacer pasto. Armó sin más tardanza
Salicio usaba tañer la zampoña todo el año, y por oírle el rebaño, se olvidaba de pacer. Mejor sería romper
Un Herrero tenía un Perro que no hacía sino comer, dormir y estarse echad… de la casa jamás tuvo cuidado; levantábase sólo a mesa puesta;
Lloraban unos tristes pasajeros viendo su pobre nave combatida de recias olas y de vientos fieros… ya casi sumergida, cuando súbitamente
Llevado de la dulce melodía del cantico variado y delicioso que en un bosque frondoso las aves forman saludando al día, entró cierta mañana
Un triste raposo por medio del llano marchaba sin piernas, cual otro soldado, que perdió las suyas
Salió cierta mañana Zapaquilda al tejado con un collar de grana, de pelo y cascabeles adornado. Al ver tal maravilla,