Mis trece
Puedo sentirme la piel como a los trece,
Puedo advertir el llanto sobre mis pies,
Puedo ver como a mis rodillas te fríes;
Amargada vida que golpeas a quien no lo merece.
Puedo incluso llorarme por horas,
Acariciar mi pelo para no sentirme solo.
¡Viví el calvario y lo recuerdo todo!
La vindicta de la tierra, y los ojos de las zorras.
Podría ahora quemarme
Y me sentiría mal.
Podrías quererme, cuidarme,
Saldar tus deudas y oponerte.
Pero mi edad no regresa,
No lo hizo ni lo hará jamás,
Cuando me quieras salvar
Ya estaré feo, a la orilla de la línea;
Donde una flor reposa ciega,
Donde una larva festeja,
Y mi carne putrefacta
No se jacta de su inocencia.
