Cuando yo me muera, sepúltenme aqu… Bajo la arena, con mi guitarra al… Que suene su música, su melodía en… Mientras las olas cantan su suave… El mar será mi tumba, mi eterno so…
En la primavera de mi edad florida Hallé el dolor que el alma me desg… Pues una flecha, de repente herida… Mi pecho traspasó con cruel amarra… Miré a la causa de mi mal, rendida
Bajo la luz dorada del poniente, se pierde entre susurros mi sentid… pues lleva tu mirar desenfrenado la chispa de un deseo irreverente. Tu boca es laberinto sorprendente,
Si el alba me arrebata de tu sombr… como brisa errante que el sauce sa… Me aferro a la estela de tu último… hoja desprendida que al viento suc… Si el alba me arranca de tu abrazo…
Que me traes sus besos, Humedad y embelesos, Su presencia siento, Aunque esté lejos. Vienes de visitarla,
Zapatos bien lustrados, camisa de… salí a conquistar la pista con mi… pero ¡ay! en la primera vuelta y t… una baldosa floja me arruinó el ta… Di un paso firme, di un paso segur…
En el vasto azul donde el sol se a… las olas susurran secretos del tie… un reino profundo, misterio y vida… el bioma oceánico, eterno y sereno… Corales danzan en un vals de color…
He bordado tu nombre, con hilos de… en sábanas de seda que abrazan mi… cada letra es un grito, un ruego,… un eco interminable que clama por… En la trama secreta del hilo que m…
¿Hacia dónde volaron los versos pe… perdidos en vientos de olvido y di… distancia que crece sin fe ni espe… esperanza rota en sueños heridos? ¿Qué cielo los guarda en sus nidos…
Estas manos, iguales a tus manos, herederas de tu labor, moldean la arcilla con cuidado, dando forma a la creación. Pinceladas suaves, trazos firmes,
En el eco de tu voz, quise hallar algún consuelo, pero solo oí susurros que vagaban en el viento. Y al latir junto a tu pecho,
Su piel roja y brillante, esconde un fuego ardiente, que abrasa con su pasión. Cada semilla, un deseo, que busca su liberación,
En la cima de un sueño dorado, Nuestro amor brillaba sin cesar, Dos almas en un baile sagrado, Juramos nunca separar. Pero el tiempo, ladrón silencioso,
Hay un eco que resuena En las profundidades del alma, Un susurro que se eleva Entre las sombras y la calma. Es el eco de los silencios
No me llames más, amor, pues no quiero repetir que ya todo ha de morir, como sabes de interior. Lo que un día fue fulgor