Luz indeleble
Moguel Hernandeza su esposa
Josefina, tu voz es un faro encendido
que alumbra mis noches de sombra y tristeza.
En mi alma tu risa florece sin ruido,
rocío en el campo, sutil fortaleza.
Eres alba dorada que vence al abismo,
un soplo de lirios, un cálido estío.
Tu aliento es un viento que arrastra mi hechizo,
cisterna de amores en tierra y rocío.
Si el tiempo me azota con furia y desvelo,
si el hambre en mi pecho levanta su llama,
tus ojos son cielo, refugio y anhelo,
consuelo que el mundo con furia reclama.
Y si la distancia me oprime y me nombra,
y el tiempo me cubre de olvido y ceniza,
serás en mi carne la eterna paloma,
volando en mi sangre con dulce caricia.
