Escenario de mentiras
Qué iba a imaginar que al bajar el telón se acabara tu teatro,
pues no medí las consecuencias de tu engaño.
Pagué la entrada eligiendo incrementar mi sufrimiento, crónicas de un poeta que apostó sus sentimientos.
Sin pensarlo nuestro amor fue el playó de una exposición de fantasía,
mientras reacciono a tu obra con aplausos impregnados de melancolía.
Debo desenredar nudos en mi garganta con varios tragos de licor,
aceptar que fue mi culpa, amarte es mi perdición.
Tal vez creí en tu magia cuando tú me revelabas cada truco,
hiciste un zigzag de mentiras donde aún sabiendo que mentías decidí confiarte.
Cuando dirigías hacia mí un puñal de sensualidad para caer en la estrategia,
yo te ayudaba a apuñalarme porque en tus besos muero.
La luna entonces pálida me mostraba compasión.
El sol se arropó con las nubes para no verme sufrir.
La guitarra lloraba en sus profundas melodías y mi voz era intermitente y quebradiza por recuerdos que felices me hacían.
Puse esta novela en contexto
y la noche era larga para desahogarme,
cubría tus mentiras con pretextos,
he sido ingenuo, ciego y terco,
que ya no volveré a enamorarme.
En tu ser está la toxicidad que me sumerge en la aflicción
y ahí mismo encuentro el maldito antídoto para este dolor.
Eduardo Calderón Reyes
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