POESÍA JAPONESA
Mira la luna como contempla la ciudad dormida mira como quita la pena; esa que a veces nos atrapa.
El pulso se acelera late el corazón como loco, creo morir cada vez que te miro. Influjo del amor y el delirio que en mí provocas,
Reina y guerrera en tus manos el mundo, fuerte y aguerrida. Voraces los deseos que en mí despi… te beso con la mirada,
Maquillo mis ganas mordiendo tu boca que me provoca, tus caderas balanceas y me vuelvo loca.
Perdida estoy, en el cristal del alma los vidrios rotos. Has rasgado mi vida en mil poemas vanos.
Entre pasillos navega mi mente en un caos que emerge del volcán en plena erupción. Abro puertas infinitas, en el laberinto de Creta
Cayó el aguacero sobre mí, la lluvia besó mi cara, y pensé en un refrán de mi abuela: cuando los sapos saltan, anuncian… y, aquel sapo había saltado
No sé si eran tus ojos, no sé si tu boca, que era para besar y quedarse pegada a ella, eras todo tú,
Miré como metías los pies en la frescura del río Darro. Me guiñaste y sonreí, el cielo resplandecía
Engaño la mente escribiendo, mi voz se quiebra oigo pasar los coches, en uno de ellos vas tú, el corazón florece
Tomo té mirando la ventana, mientras la rutina me mata. No hay nada peor que ver que desde que te marchaste el mundo viaja,
Trenzas mi pelo con cadenas de pena, pendientes de coral, anuncian muerte cae suave una lágrima,
Dicen del Müki que es un Haiku expulsando la rigidez de 17 sílabas e inició “la forma libre Haiku”. (Rechazando el uso de los kigos, aunque puede tener kireji en el tercer verso como el...
Muérdeme el cuello dos colmillos albos se clavan en mí. Siento por mis venas caballos correr,
Me dijiste que eternamente estarías por mí, ahora sé que mentías como siempre, y no te quiero perdonar.