POESÍA JAPONESA
Un día te irás, mi alma partirás, y el día se volverá eclipse ya luz no habrá, sé que nunca volverás y tendré que olvidar.
La flor de la Jacaranda es una copa de vino afrutado, algo curvada, como un beso que se vuelve mordida. Pétalos que son abrazos,
Una vez en la playa del fin del mu… El aroma del mar miente cuando env… El mar nunca podrá borrar las marc…
Cerró las cortinas y puso la mano… ¿Cuántos bebés iban? Se preguntó… Tocó en la puerta del director del… La enfermera se entregó por ella m… Pobres niños, lloró, se quedan sol…
MI HOMBRE Mi hombre, me mira con ojos de deseo, él contempla mi boca, sonríe provocativo,
Susurro te amo cuando sueño contigo besos de fuego Las briznas de hierba mecidas por la brisa
No se como lidiar con tu indiferen… soy como aquel vestido que adoraba y que ahora cuelga de la percha ol… Vadeo entre la vida y la desespera… esperando una mano que me saque de…
Guía de marinos marcador de las costas faro imponente Aguas azules recortan las siluetas
El cielo rojizo va entrando en el alma de mis deseos, recuerdos de ocasos de mar, de rayos de sol iluminando tú ruborizada mejilla.
Llora la dama rayas de lluvia blanca; que quitan vidas. Cae en mí sangre roja, de mi rota nariz,
Frente aquel puerto, chapotea el otoño entre los patos. Aquel verano en las dunas de arena,
La tristeza es dura, desenamorarse por qué te hagan dañ… es peor. La lealtad hecha jirones, la fe solo ha quedado en
Entre las páginas de un libro en mis sueños tú ya estabas ahí enterrado entre letras, palabras de perdón. Pides perdón por amarme, pides
En aquel prado la mariposa vuela libando versos. Bajo la lluvia el sol muere en la tarde,
Seda granate como sangre que mana va deslizándose por MI cuerpo nacar muerte inmortal