POESÍA JAPONESA
Olas que hacen música en mi oído arena que me hace sentir arder mirando el horizonte creo notar en mis muslos la soledad del Mediterráneo.
Entre las piedras olores de color flores que aroman deleite de los ojos la vida brota a tiempo.
He aprendido que hay amores imposi…
Una vez en la playa del fin del mu… El aroma del mar miente cuando env… El mar nunca podrá borrar las marc…
En la alba nieve flores que sobreviven. Helada diurna. El ave negra pica la flor de sangre.
BORDANDO La araña teje bellos encajes de hilo bordando letras poesía pegadas
Esta madrugada te sentí pegado a mi, tu aroma me envolvía... tus dedos recorriendo MI espalda me di la vuelta, besos,
¡Allí estaba el ataúd! Tenía que verme, saber que de verdad era yo. Me acerqué lentamente y, casi muero, si es que no estaba muerta ya, ¿Qué me han hecho? ¡Esa no era yo! Era una muñeca...
Cálida y serena alumbra mi vida tu mirada con un beso en tu mano suspiras emocionada. Eres mujer enamorada
Lúgubre domingo, horas de insomnio Mis queridísimas sombras, Vivo con ellas, incontables, Pequeñas flores blancas,
Y si, no puedo olvidarte y si, en mi alma estás grabado y si, en mi libertad decido amarte y si, mi vida sin ti se rompe. Y si, la poesía lame mis heridas
Soy memoria de mi pasado de mi historia y mis años. Y al correr del tiempo en la parada del metro,
Parecen tus pechos la risa de una estrella que se desmoronó en miles de fragmentos blancos, redondos y delicados.
Entras y sales de mi corazón roto como tú quieres. Dejas jirones míos en aquel suelo
Mochila de color tierra, llena de pesada carga, ella no se la quita, siempre la lleva. Cada vez que tiene algo