POESÍA JAPONESA
¿A qué me huele el amor cuando estoy enamorada? A veces me huele a vino y a rosas otras a perfume de sándalo, esencia de vida.
Lloré escuchando aquella hermosa música, salia del alma. Ando descalza sobre asfalto de musgo,
Tu ya no estabas un encaje de olvido rodeó mi alma. Llovizna fina un hilo de nostalgia
Como cuchillas tus palabras atraviesan mi corazón, se tornan en la noche, heridas de sangre. El agua dormida
A aroma de eucalipto me huele tu cuerpo por la mañana. Enciendes mi alma, como hoguera en llamas.
Quiero hacer versos poemas en tu cuerpo lira tu boca poesía en la piel sedosa de tus muslos.
Hay en el lago aroma a flor de loto. Llega a mi barca. Un nuevo día trae la primavera.
Solo pienso en que es mejor morir mi tiempo ha sido una pérdida, reviento al ver en el espejo mi vi… solo angustia, dolor del peor nunca aprendí a cuidarme.
¡Ay mi Andalucía! ¿Que te han hecho mi tierra sangrante y herida? Abandonada, sin rumbo como un barco varado.
Hay un hombre malo que quiere destruir al pueblo que… quiere sangre derramada, no le imp… desea el poder tanto... Que daría… hasta la vida de su madre si fuese…
Miro la luna, hoy se muestra redonda blanca, sonriente El agua acuna el torrente del río
Eres el sueño hecho carne, la sinfonía de los sentidos, un bello poema en movimiento, eres puro fuego encendido. Tus curvas son suaves colinas,
Susurro te amo cuando sueño contigo besos de fuego Las briznas de hierba mecidas por la brisa
La hembra pasea por Granada, el rumor del agua del Darro la acompaña en aquel camino, la luna la mira caminando. ¡El grito cómo sobresalta!
El búho blanco cazador de la tundra. Estío frío. Saltando el oso va por las placas de hielo.