Sangre de Abel. Clarín de las bat… Luchas fraternales; estruendos, ho… Flotan las banderas, hieren las me… Y visten la púrpura los emperadore… Sangre del Cristo. El órgano sono…

Saluda al sol, araña, no seas renc… Da tus gracias a Dios, oh, sapo,… El peludo cangrejo tiene espinas d… y los moluscos reminiscencias de m… Saber ser lo que sois, enigmas sie…

Mira, no me digas más: ¡que otra palabra como ésa tal vez me pueda matar!

EL mar como un vasto cristal azog… Refleja la lámina de un cielo de z… Lejanas bandadas de pájaros marcha… El fondo bruñido de pálido gris. El sol como un vidrio redondo y op…

Marqués (como el Divino lo eres),… Es el otoño y vengo de un Versall… Había mucho frío y erraba vulgar g… El chorro de agua de Verlaine est… Me quedé pensativo ante un mármol…

¿Qué signo haces, oh Cisne, con t… al paso de los tristes y errantes… ¿Por qué tan silencioso de ser bla… tiránico a las aguas e impasible a… Yo te saludo ahora como en versos…

He aquí el coro que entonan los vagos y los mendigos: —¡Guerra a muerte a los banqueros que repletan sus bolsillos! Regla general: –Los pobres

A saludar me ofrezco y a celebrar… tu triunfo, Amor, al beso de la es… mientras el blanco cisne del lago… en el mágico parque de mis triunfo… Amor, tu hoz de oro ha segado mi t…

Carne, celeste carne de la mujer!… dijo Hugo—ambrosía más bien ¡oh ma… la vida se soporta, tan doliente y tan corta, solamente por eso: