Francisca, sé suave, es tu dulce deber; sé para mí un ave que fuera una mujer. Francisca, sé una flor

¡Ea! apretad esas cinchas y apercibid los overos; y que ya tasquen los potros el bocado de los frenos. Preparad las jabalinas,

¡Ya viene el cortejo! ¡Ya viene el cortejo! Ya se oyen… la espada se anuncia con vivo refl… ya viene, oro y hierro, el cortejo… Ya pasa debajo los arcos ornados d…

En el kiosco bien oliente besé tanto a mi odalisca en los ojos, en la frente, y en la boca y las mejillas, que los besos que la he dado

Yo soy aquel que ayer no más decía el verso azul y la canción profana… en cuya noche un ruiseñor había que era alondra de luz por la maña… El dueño fui de mi jardín de sueño…

En la tranquila noche, mis nostalg… En busca de quietud, bajé al fresc… En el oscuro cielo, Venus bella t… como incrustado en ébano un dorado… A mi alma enamorada, una reina ori…

Aquí, junto al mar latino, digo la verdad: siento en roca, aceite y vino, yo mi antigüedad. ¡Oh, qué anciano soy, Dios santo,

Phocás el campesino, hijo mío, que… en apenas escasos meses de vida, t… dolores en tus ojos que esperan ta… por el fatal pensar que revelan tu… Tarda a venir a este dolor adonde…

Es la tarde gris y triste. Viste el mar de terciopelo y el cielo profundo viste de duelo. Del abismo se levanta