Dulce y mística amada mía.
Esta es la hora y no lo comprendo.
En mis sueños yo te veía;
Ayer aún estabas partiendo.
Tu piel es mi agonía,
Tus ojos son mi desvelo,
Tus pechos son mi refugio,
Y tu boca es mi anhelo.
Tu belleza es una deidad,
Y tu naturaleza es poesía.
No necesitas nada más.
Perfecta eres tú vida mía.
Mi corazón es intangible
Mas por ti seguirá ardiendo,
Como fuego inextinguible;
L’inferno in crescendo.