Gotas que se deslizan
irrumpen, limpian
abren el cielo de las nostalgias
y se depositan en las mejillas.
De mil años, de cien días
siempre presentes
eternas, fluyendo entre miradas
y alejando los sueños.
Gotas, que no son de lluvia
pero que surgen de la oscuridad
nada puede evitar que caigan abruptamente.