#Mujeres #Nicaragüenses #SigloXX #SigloXXI
Mi laberinto es circular voy cavando en el aire con los ojos clavados en la muerte que me bebe
Barajando recuerdos me encontré con el tuyo. No dolía. Lo saqué de su estuche, sacudí sus raíces
Todos lo que amo están en ti y tú en todo lo que amo.
Estás vivo en mi pecho y sólo yo te siento. Eres el alquimista que transforma en poesía nuestro llanto.
Mi querido Odiseo: Ya no es posible más esposo mío que el tiempo pase y vuele y no te cuente yo
Sólo éste ahora es mío este momento el pasado escapó y no vislumbro el rostro del futuro.
Cuando el amor se aja se marchita se te vuelve amarillo no hay remedio sólo te queda
Brilla el agua en mi piel y no la siento corre a chorros el agua por mi espalda
Muero de a poco, amor no es la muerte sorpresa que deseaba la que libera y lanza
No te pierdas, Teseo vuelve a mí. La playa está desierta tengo los pies sangrientos de correr en tu busca
A veces pienso en ti en lo que pudo ser en tu ternura presa en las deshoras.
¿Cómo será el encuentro? Descarnados los dos sin tu mirada sin mis labios posándose en los tuyos.
Tu muerte te congela estás inmóvil mi vida en cambio fluye y me acerca veloz
Porque aprendí a quererme puedo sangrar con tus heridas.
Por las noches en sueños más de un amigo muerto resucita, al despertar