Escucha Odette, no hay más paraís… todo rey debe alcanzar su tierra c… y que los nombres de Grecia e Ita… que ningunos otros. El destello de… de mi infancia, aquella manía de o…

Me conocéis –mal– como viejo oliga… pero otorgo a Atenas la democracia… Invisibles, inobservados, otros ol… como vosotros se repartirán la hac… Nuevos oligarcas como vosotros esq…

Mentre stai camminando cammina, mentre stai leggendo leggi.

“O me agarras tú, o yo a ti”; el… para cazaros con ratoneras y subsi… Come carne cruda y cualquier cosa… Fervor mate de bujías sin esplendo… tenéis mujeres feas y tontas, sini…

Tener casa propia, limpia y agrada… un jardín tapissé de flores y abej… pocos o ningún hijo, acaso mujer f… que vague la vida en Adagio non tr… estudiar los severos astros, mucho…

¿De qué sirve, quisiera yo saber,… ciudad por aldea, tomar criada, qu… los lobos últimos de la noche, gas… en amor mercenario, comprar lujoso… sin ton ni son, si vienes luego tú…

Amar es como el arte de la cetrerí… hay que domesticar al ave rapaz cuyas garras o hieren o acarician. Debemos tener paciencia: el amor es ese animal irracional; seamos p…

No me he enfrentado a grandes empr… la naturaleza de mi mente patinand… mientras avanza conturbada entre s… muestra un ser apocado, estepario,… y el aspecto épico de mi vida, mi…

Sitges, verano del 91. Haraganerí… cremas, balones de Nivea. Y no me atreví a besar los dobles… de fresa de tus pechos, ni a lamer las brújulas erizadas

¿Qué hago aquí sin libros ni poeta… más allá de la frontera, a un mont… Aquí la Polis hiede de demasiada… aplastada por olas de imbecilidad… donde ennegrecen los centros nervi…

Juega el roble con la Luna al tiro con arco. Las hojas de invierno gotean desde los árboles. Brillan programas de variedades.

Recuerda, cuerpo, aquellos momento… donde estaba la vida. La vida que era un fresco único de… Íbamos a Sitges los fines de seman… hospedándonos en aquel hotelito de…