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LIBERTAD DE LOS DOS

No, no hay cárcel para los dos,
no podrán atarme al
llamado de mi corazón,
al irremediable destino de
alumbrar mi camino.
 
Iré arrojando en la arena
pensamientos sin sentido
que el viento se llevará.
 
Soñé que tú me llevabas por
una blanca vereda con senda clara,
sintiendo en mis brazos tu corazón;
libertad de los dos.
 
Libres somos, siéntete libre
sólo por esta ocasión
cuando brota el amor.

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