#Argentinos
Princesa! En celar el destino de la Hebe que despunta sobre esta taza, con el beso de nuestros labios, gasto mis fuegos, pero… Para que el Amor con ala de
Con manos extranjeras recojo en tierras lueñes mi usado… Un rotoso muñeco es el ayer. Y están los viejos días colgando d… Lenta loma flamante de gramillas
Las otras noches, en la soledad del café, después de hojear el diario y vaci… extraje, distraído, la pequeña lib… en que anoto las direcciones
En aquellos lejanos días, mis paseos no respondían a ninguna voluntad de ofrenda. Por imperio de la edad, todo era juego desaprensivo y contemplación gratuita. El 7 de octubre de 1910, ...
En mangas de camisa, el ojo intens… y huracanado el pelo, con un empeño cuyo fin no es otro que sobornar el tiempo venidero y… para imponerle una imperiosa image…
Albor primero vino a despertarme. La mañana mansita entró a mi pieza… Aquí está reluciente y conmovida como una absolución, el alma inten… Añejas devociones voy cruzando.
Te quiero a lo Machado (como Manu… no buscará mi anhelo tu espectro d… por el pueblo nocturno donde arrai… junto al rancho que esconde tus so… Tiemblan perdidas luces. El cielo…
Tuvimos un gran árbol, para un bar… Adentro iba una voz disponiendo es… y en los patios duraba la sombra d… Entonces, los regalos venían de lo… La dicha entretuvimos mirando unas…
El viejo don del llanto vuelve a c… cuando los turbios días desandan l… y se despide el fuego de los árbol… que desolan los límites del ocaso… El amargo deseo se dilata y encona
En mangas de camisa, el ojo intens… y huracanado el pelo, con un empeño cuyo fin no es otro que sobornar el tiempo venidero y… (para imponerle una imperiosa imag…
Aspiro el ramillete de los años Y siento que estoy muerto en cada… Mis apariencias todas se gastaron Alguien se iba de mi crepúsculo... En mis tiempos marchitos hubo puer…
De aquella tertulia lejana y amabl… que ocurrió en Basilea o quizás en… una noche generosa en rostros, en palabras, en señore… que el ocaso juntó por un momento,
Anduve solo y perdido en la neblina del barrio. Cuando en cada café y en cada esqu… se me ganaba al corazón un tango. Buscando sabor de Buenos Aires
Un tronco seco ablandado por dos almohadones nos invita. Y buscamos. Podemos seguir el trazo de las ramas bajo el cielo. El sol construye su propio laberinto tras el filtro de las hojas...