#Españoles #Generación27 #PremioNobel #SigloXX #SigloXXI (1946) Primavera de la muerte
Muy cerca de la vida. Así tu habl… Llegaste a viejo cual se llega al… Azotado del viento y de los años fuiste la vida, no sus desengaños. Tu voz sonaba a viento y caracolas…
Mira los aires, alma solitaria, alma triste que sola vas gimiendo. Asciende, sube. Amor te espera. La cima es alta. Escaso, el apare… Aleteante, temblorosa y blanca,
Algo en mi sangre espera todavía. Algo en mi sangre en que tu voz aú… Pero no. Inútilmente yo te llamo. Aquella voz que te llamaba es ésta… Ven hacia mí. Mis brazos crecen,…
Guerreaste en mar sedoso, te hiciste, te rehiciste, te creciste en el acoso, y, al luchar, te malheriste. Y luego, ¿qué es lo que queda?
Profunda es esta guerra y combate,… ha de ser muy profunda; y el dolor muy delgado porque el amor de su esperanza delgado es, e íntimo.
Íbamos de camino. Mi cariño en sus brisas te oreaba. Tu cabello llevado entre los céfir… era también como brisa del alma. Eras también como brisa en la bris…
Sólo quien se entrega recibe. Huele, quien renuncia al olfato, un olor prodigioso. ¡Vive, misterïoso desacato! Y así de pronto asciende ya
Mar en calma. Con energía desafiante asume el reto de entender la sabiduría inmortal de quedarse quieto. Más allá de pena y de goce,
Eres feliz. Saber no quieras lo que brilla en los ojos humanos. Sonríe tú como mañana fresca, como tarde colmada en su ocaso. Porque eres eso, sí: la tarde pura
Ojos que vi tan llenos de dolor en el último día, cuando faltaba p… para morir, y desde el lecho
Aquí estás, camino de siempre, hacia adelante, rota la aspiración rosada, luna que empalidece toda cosa. Aquí estás y debes andar,
Desde aquí yo contemplo, tendido,… el campo. Piedra y campo, y cielo,… Mis ojos miran montes donde sembró… el dulce sueño amargo que sueñan t… Pero el amor fundido en piedra, dí…
Dejad que la palabra haga su presa… se encarnice en la horrenda miseri… primaveral, hoce del destino, cual… corrupta. Súbitas, algunas formas mortales,
No había ni rastro del día. (En la región veloz y fría allí está inmóvil el verano.) Nada en el alma se sentía que fuese dolor o alegría.