Autobiografía póstuma de un poema
Desde que mi creador pensó en mi me parecía brillante,
la primera letra era perfecta y cada trazo explotaba de creatividad.
Después de la primera linea hubo una pausa de mucha tranquilidad,
un café para mantenerse lejano a las pesadillas y no estropear sereno poema.
Mis primeros momentos han sido radiantes,
pero a la mitad mi creador recuerda todas sus desventuras.
Comenzando así, una odisea de palabras con un sentido irónico de lo bello de la vida.
No logra recuperar su compostura y se auto inflige un daño poético enorme,
Me he tornado en un poema depresivo y cabizbajo ante las adversidades.
Las tristes letras combaten con su interior,
porque no logran comprender a su creador.
La extrañeza de mi contenido, el cual es algo bipolar,
grita fuertemente que la locura debería cesar.
Mi creador, el desconocido poeta,
recupera la cordura y vuelve a la calma.
Se sienta cómodamente y arregla su camisa,
se dispone a pensar en como convertir lo depresivo en hermoso,
buscando lo agraciado en una tinta que escribió lo no deseado.
Antes de mi fin pedía sólo un deseo,
que mi creador se enterara de lo hermoso que hay en lo desecho.
Porque yo no quiero terminar en condiciones paupérrimas,
como un típico hombre difunto.
Yo quiero terminar como lo hace un bello poema,
con una rima y un punto.
(2014)
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