La clara muchedumbre de un ponient… ha exaltado la calle, la calle abierta como un ancho sue… hacia cualquier azar. La límpida arboleda

Yo anhelo un arte que traduzca la emoción desnuda, depurada de los adicionales datos que la preceden. Un arte que rehuya lo dérmico, lo metafísico y los últimos planos egocéntricos y mo...

Yo, que tantos hombres he sido, no… aquel en cuyo abrazo desfallecía M… Gaspar Camerarius, en Deliciae P…

Las siete piezas de este libro no requieren mayor elucidación. La séptima (El jardín de senderos que se bifurcan) es policial; sus lectores asistirán a la ejecución y a todos los...

En la sala tranquila cuyo reloj austero derrama un tiempo ya sin aventuras ni asom… sobre la decente blancura que amortaja la pasión roja de la…

Las diversas y a veces contradictorias doctrinas que llevan el nombre de la cábala proceden de un concepto del todo ajeno a nuestra mente occidental, el de un libro sagrado. Se dirá que...

El poniente de pie como un Arcáng… tiranizó el camino. La soledad poblada como un sueño se ha remansado alrededor del pueb… Los cencerros recogen la tristeza

De las regiones de la hermosa tier… Que mi carne y su sombra han fatig… Éres la más remota y la más íntima… Última Thule, Islandia de las nav… Del terco arado y del constante re…

Hasta la hora del ocaso amarillo cuántas veces habré mirado al poderoso tigre de Bengala ir y venir por el predestinado cam… detrás de los barrotes de hierro,

Hijo de algún confín de la llanura Abierta, elemental, casi secreta, Tiraba el firme lazo que sujeta Al firme toro de cerviz oscura. Se batió con el indio y con el god…

Milonga que este porteño dedica a los orientales, agradeciendo memorias de tardes y de ceibales. El sabor de lo oriental

El bastón, las monedas, el llavero… la dócil cerradura, las tardías notas que no leerán los pocos días que me quedan, los naipes y el tab… un libro y en sus páginas la ajada