Gretta
Tengo ya mis dientes rotos de tanto morder mi enojo.
Por no poder olvidar el ayer ni recordar el futuro.
Se hace duro no poder odiarte y lo que es más triste, saber que si no puedo es porque no te amé ni lo haré.
Aún así, aunque haya dejado la ciudad, he de traer conmigo una maleta con tu humanidad.
Llevare tus memorias y tus escritos así, cuando esté melancólico les dejaré ir en la arena.
Cargaré tus tatuajes y un mechón de tu cabello, y sobretodo el cassette de aquel máster que te llevó a la cima de gaya y por ende infinitamente ajena de mí.
