Me siento tan ahogada, tan perdida. Siento cómo si todas las oportunidades que existen en el mundo me estuvieran rechazando; a la vez, siento que quién las rechaza soy yo. Cómo voy a lidiar con una oportunidad si yo ni siquiera sé qué es lo que quiero y espero de la vida? Quiero llorar, llorar, llorar, lo suficiente para llenar un oceano. Quiero respirar y sentir cada segundo sin el miedo constante de que todos los segundos estén destinados a memorias de lo que no hice, o de lo que debería haber hecho, o de lo que sí hice cuando debería estar haciendo otra cosa. Quiero quererme a mi. Ya no quiero sentirme tan sola. Quiero querer a la soledad. Quiero mirar la vida con otros ojos; el saber demasiado me mata, y no saber nada igual me fastidia. Quiero respirar.