Angel Guinda

El relojero

Un día el gato, jugueteando,
tiró al suelo mi reloj –su maquinaria
se detuvo.
Estrafalario, gruñón, el relojero,
mientras inspecciona las esferas,
con sorna, farfulla: “Más valdría
que ocupásemos el tiempo
en desocuparnos de él”.
Esas palabras,
desde entonces, no me dejan en paz.

(1995)

#Españoles (de La del llegada mal tiempo)

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