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Los amantes

Y la luna se durmió sonriente y deseosa de esa luz
En aquella noche fría con destellos de luceros,
Acompañadas de sombríos rayos de un amanecer;
Enmudeciéndose a si, para contemplarlo desde lejos.
 
Ella se escondió y no quiso salir después
Se sonrojo al ver el sol y no supuso un día sin él,
Amante de esa luz, Imponente y embriagadora;
Que en su mirar habita la felicidad.
 
Lo amó de lejos y le bastaba verlo solo un instante
Para satisfacer su necesidad de dormir cada día errante.
Ella pensaba: y si lo abrazo ¿bastaría?, ó si lo beso ¿se acordara de mi?
Pues que es mi noche sin su luz que alumbre mi espalda cuando duerma.
 
El sol la amaba con tanta intensidad, como él solo lo sabe hacer.
La admiraba en silencio aferrándose al último intento de verla brillar,
Con esa luz tenue y delicada que instantáneamente lo hacía soñar.
Deseando que ese día compartieran sus vidas en un paraje sin igual
 
Los amantes se despedían, de día y de noche lo hacían sin saberlo,
Que ni en la tierra ni en el cielo existiera, una historia similar a la de ellos.
Dos amantes que se aman sin fortuna y sin tragedia
Pero sabiendo que algún día se unirían para brillar juntos
Una vida entera.

Andres Meca: Escrito 19 de Julio

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