Es rara esta inspiración,
la inspiración de un bus.
Muchos viajan en aquel,
algunos descansan en el.
Pero nadie sabe que gracias a el,
podemos reír o llorar,
descubrir o encontrar
nuestros pensamientos y sentimientos
escondidos en el profundo pensar.
Al abrir sus ventanas
cual cristal forjador de sueños,
el cielo azul como el mar
se puede divisar.
La brisa fresca y pura
como un día de comodidad,
empapa el rostro con paz y felicidad.
Y al ver los paisajes del mundo material o natural;
nuestra mente gris da un giro sustancial.