¡Tienes el cuerpo sinuoso! Y con tus andares produces Que los hombres caigan de bruces Al mirarte ellos ansiosos. Tus movimientos armoniosos

Con la mujer adecuada Y por marco el deseado Pendiente de su mirada Desecho todo el pasado ¡Te amo a ti mi dulce amada!

Y dejó en libertad su pensamiento Y su corazón sintió acelerarse. Al tiempo, comenzó a ruborizarse Por el hecho recordado al momento. Cuando la vio se quedó sin aliento

Tal cual como cada mañana hacía El gallo en hora certera no calla ¡Es el amanecer de un nuevo día! La marea moja la arena en playa. Los rayos del Sol en el horizonte

Añoro tu mirada desnudándome Y la fuerza que al amar Pones amándome Deseo el tacto de tus manos Que al posarlas en mí

Y el silencio se hizo Al juntar mis labios con los tuyos Y hablaron los sentidos Para nunca mas callar Y abandonados al placer del hechiz…

Todo mi cuerpo se agito Cual noche tormentosa Cuando tus ojos Se posaron el los míos Sabiéndote mujer y Diosa

Con este beso tuyo Parto en busca de fortuna José Fina, pórtate bien Que tú eres muy tontuna No mires a los chicos

Invitando a meditar profundamente Como antes, tal vez lo hizo, José… Las olas del mar remansan en su or… Invadiendo las arenas suavemente. Al tiempo blancas gaviotas gentilm…

Al cobijo de un portal Paso la no… Con el brazo en horizontal y La p… Pasaba la gente y miraba… Miraba… Parose un niño y preguntó ¿Por qu… ¡Es una noche muy fría! ¡No parec…

Y este fue el pensamiento Que sobre mi losa esculpieron Oyéndose el lamento De aquellos que lo leyeron ¡A ella culparán mi muerte!

Maldita noche que su foto rompí Quedé sólo con el corazón sangrand… Y viviendo como sonámbulo andando Me preguntaba como que la perdí Un buen día gran idea concebí

Nubes me arropan flotando Y sigo mirando el Cielo Sin tener ningún consuelo El dolor me esta matando Con lo que me está pasando

Es mujer de provocante mirada Que paraliza todos los sentidos Arranca a los corazones quejidos Cuando nos mira de simple pasada Caminando siente se deseada

Vacíos quedaron mis sentidos Al asumirlo por primera vez. Campanas de finísimo cristal Sonaron después en mis oídos. ¡Extraña sacudida emocional!