Aunque aún hoy no pueda verte Sigo fiel a tu recuerdo La esperanza no la pierdo Es mi deseo más fuerte ¡Sí, tú de mí, estás ausente!

De mi corazón no puedo arrancarte Lastimando mi alma tal sufrimiento Si tú no me das el consentimiento Le pido al Cielo poder olvidarte Aunque se que no dejaré de amarte

Es cierto que cuando nacemos, No tenemos nada que aprender o, Más cierto que al nacer, Solo se aprende lo que vemos; De otras culturas leemos

Dormitabas y solo repetías mi nomb… como cántico de Ángeles llegó hast… y, recordando tu entrega cando yo… el eco de tu voz, transportado en… perturbó mi calma haciéndome senti…

Invitando a meditar profundamente Como antes, tal vez lo hizo, José… Las olas del mar remansan en su or… Invadiendo las arenas suavemente. Al tiempo blancas gaviotas gentilm…

Con la mujer adecuada Y por marco el deseado Pendiente de su mirada Desecho todo el pasado ¡Te amo a ti mi dulce amada!

Maldita noche que su foto rompí Quedé sólo con el corazón sangrand… Y viviendo como sonámbulo andando Me preguntaba como que la perdí Un buen día gran idea concebí

Me quedé mirándote fijamente, mientras que, poco a poco, te alej… mi mundo se truncaba de repente, sin entender los motivos que dabas… Espero que seas más consecuente,

Tal cual como cada mañana hacía El gallo en hora certera no calla ¡Es el amanecer de un nuevo día! La marea moja la arena en playa. Los rayos del Sol en el horizonte

Y el silencio se hizo Al juntar mis labios con los tuyos Y hablaron los sentidos Para nunca mas callar Y abandonados al placer del hechiz…

¡Ay de aquél! que solo ve La hermosura del ciprés ¡Ay de aquél! quien Alcanzando su cónica copa En ella no se detiene y

Es mujer de provocante mirada Que paraliza todos los sentidos Arranca a los corazones quejidos Cuando nos mira de simple pasada Caminando siente se deseada

En occidente Esperando a su amado La llama ardiente Y hasta el Oriente El fuego de esa llama

Y este fue el pensamiento Que sobre mi losa esculpieron Oyéndose el lamento De aquellos que lo leyeron ¡A ella culparán mi muerte!

El codo sobre la mesa. La pequeña pantalla Frente a mí. El pulgar sobre la sien. El índice, medio y anular,