(1912)
#Mexicanos #SigloXIX #SigloXX (1912) 13 1912 Julio La Pensamientos V- afines amada de inmóvil
¿Por qué permaneciste siempre sord… ¡Dios sabe cuántas veces, con amor… te busqué en las tinieblas, sin po… Hoy —¡por fin!—te recobro: todo, p… cierto...
Como verte es el único ideal que p… sin vivir en mí estoy, y muriendo del ansia de reunirme c… cada día me digo: “¡Si pudiera ser hoy!”
¡Bienaventurados, los dignificados por la dignidad glacial de la muer… los invulnerables ya para los had… una y misma cosa ya con el Dios fu…
¡Oh, Señor! yo en tu Cristo busqu… le ofrendé mis quince años, mi sex… y por Él ha quedado mi faz de náca… mostrando palideces de viejo cirio… ¡Mas Satán me persigue y es muy h…
¡Tin, tin, tin, tin! Yo caigo del… redoble, al campo y todos los césp… ¡Tin, tin! ¡Muy buenas tardes, mi… Poeta, buenas tardes, ¡ábreme tu v… Soy diáfano y geométrico, tengo es…
Santa florecita, celestial renuevo… que hiciste mi alma una primavera, y cuyo perfume para siempre llevo: ¿Cuándo en mi camino te hallaré de… —¡Cuándo Dios lo quiera, cuando D…
Sol espledente de primavera, a cuyo beso, fresca y lozana, la flor se yergue, la mariposa viola el capullo, la yema estalla; sol espledente de primavera:
Bardos de frente sombría y de perfil desprendido de alguna vieja medalla; los de la gran señoría, los de mirar distraído,
Yo la llamé del hondo misterio del… donde es sombra entre sombras, ves… fantasma entre fantasmas... Y vino a mi llamado, desparramando razas y atropellando…
Y vi las sombras de los que fueron… en sus sepulcros, y así clamaron: «¡Ay, de los vientres que concibie… ¡Ay, de los senos que amamantaron!… II
Yo no debo irme: tengo que esperar hasta que la muerte venga a llamar… ¡Tengo que esperar! ¡Cuánto tarda, cuánto!... Pero el tiempo corre
«Espíritu que naufraga en medio de un torbellino, porque manda mi destino que lo que no quiero haga; »frente al empuje brutal
Bien sé, devota mujer, cuando te contemplo en tus fervores y celo arder, que no me puedes querer como quieres a Jesús.
Amiga, mi larario está vacío: desde qu’el fuego del hogar no ard… nuestros dioses huyeron ante el fr… hoy preside en sus tronos el hastí… las nupcias del silencio y de la t…