Surge en mí la maldita necesidad de recordarte ciertas noches a ciertas horas.
Lo lamento querida, por volverte a ver en mi mente,
y si, lo lamento también por quererte querer como si aún estuvieras aquí.
Claro que si, lamento reencontrarte en este poema.
En estas palabras, que aún resuenan en mi cabeza y lo lamento por no haber dejado de latir por ti.
A esto le llamo el dolor incoloro.
No me duele pero como lamento plasmarte a través de esta nostalgia.
que sigue cayendo como gotas de agua,
que sigue fluyendo como río en las montañas,
o como el viento que sopla en otoño.
Por supuesto, lamento por echarte de menos cada Junio.
Los planetas siguen girando,
las estrellas explotando y,
tú recuerdo sigue trasladando,
como la tierra dando vueltas al sol.
Me lamento por seguir lamentando,
este recuerdo mundano,
No niego que en tus ojos encontraba el brillo que estaba buscando.
Me lamento por buscarte en lugares que ya no estás.
Cómo en Santiago o la ciudad.
Lo lamento.