Amo las cumbres.
Huir a ellas.
Dejar todo mi esfuerzo en alcanzarlas,
para llegar agotada y desnuda de resistencias.
Permeable hasta lo más íntimo de la belleza,
Presente ante esa inmensidad emocionante que me vuelve a mi, dejándome sola y arropada.
Escapo a mí por entre las montañas sin otro fin que retornarme