A mi hijo
Noviembre/13/2014
El destino se ha empeñado en que vivamos separados.
Te dije adiós un día, (ya no recue… Te veía elegante, altivo, vistiend… encantaba caminar de tu mano sinti… privilegio por tenerte. Pensaba, en mi pueril inocencia, q…
Cae la tarde y me sorprendo contemplando el ocaso del día, cuando una brisa fría y húmeda me estremece.
La carne muere, envejece y nos duele como los años. El alma, siempre viva, nos impide morir.
Así, se nos va la vida. Así, nos llega la muerte...
Cuando yo sea niebla, polvo, o simplemente “nada”
El silencio, es ese telón "intangible" que se l… ¿Será así de simple...?
La decepción, tanto desengaño y desilusión. Es la gran frustración, el fiasco de la vida.
Me siento pegada a esta tierra est… que ya no da sus frutos y mucho menos el perdón. Para mí, el hoy es incierto y el mañana
Abro mis ojos, miro el amanecer. Siento el aroma de la mañana y digo: ¡desperté!, soy feliz.
Desde mi ventana todo parece igual, los árboles o aquella pared que una vez estuvo llena de musgo dando un verdor húmedo a mi jardín, pero no es cierto... Había un árbol grande que ya n...
Las cuatro décadas de tan hermosa niña, suman otoños.
Entre las ramas, rosas blancas al viento. Luego, ¡el cielo!
Te fuiste un día, y hoy, logro recordarte ¡al fin!...serena.
Cuando me abrazas, la vida se detiene. Es el consuelo de unir nuestros latidos y entregarnos los dos.
¡Qué no te mientan...! ¡Qué no todo son rosas! Tampoco espinas.