y por fin nos besamos en esta
Te libero para que regreses intacto. Hasta que me quieras bien primero. Que ya sabes cómo quererme y cómo quiero querer. Tan callada luna por tu espacio y tú, tibio rayo de luz en mi ventana. Noches misteriosas, días sordos. Susurra la esperanza fuerte, el saber doliente de la pesada espera. Tardándose en acudir a lo prometido. Porque sabe que esperar el destino, vale la pena. Te libero a la dulce brisa, flor. Pues eres faz de otra vida de selvas y cantares; y en ésta, en esta eres fuego en mi montaña. En esta por fin nos quemamos.