Alabanza
¿Qué sientes alma mía? cuéntame por qué sufres: te veo ansiosa, decaída. ¿Qué causa tu derrumbe? ¿Son amores que pereces?
Padre deseo estar contigo, de rodillas ante ti, disfrutando tu presencia, maravillado en vivir. Y este deseo flamante,
Hoy me puse caprichoso, entendí qué es el ritmo: a los versos da buen tino, a mí me hace dichoso y al ego orgulloso.
Todo es bueno al que ama, Francisco incluso a la muerte reci… siempre te contemplaba, tu ley obedecía, y en todas tus criaturas te veía.
Aun con mil y un demonios, si mis manos no tomas, cuando lo peor se asoma, veo yo gran oprobio. Respeto tu postura,
Tan simple vestido llevas y a todos nos sonríes, tienes todo en nada; tanto tienes que regalas, dando siempre a manos llenas.
¿Cómo expando tu reino a mi hermano el pobre, que todo ha perdido y de ti se ha ofendido? Si tu me has consentido
¡Malamente pensaba!, realmente confundido, descanso en ningún lado hallaba, pero allá oscurecido tu fuego estaba;
Me sacaste de Egipto, gran maestro divino, Tú me has proveído, nada me ha vencido. Estoy aquí, por ti,
¡Pequeña consentida! que llama mami a mi abuelita, eres un torbellino de amor y sonrisas, te adoro sobrina favorita.
Para la cruel ansiedad, el más lento despertar, piensa en tu amada Pobreza. Hundido en la Noche Oscura, en santo desprendimiento,
A medias te quería, nada yo abrazaba, amor real negaba ¡tanto miedo tenía! Mira el ser humano
1. El amargo pecado que apartó a Eva nuestra madre, aquí el mal encarnado viviendo en lo amargo, heredado también por nuestro padre…
Hoy te quiero verdaderamente, sin ataduras y egos, me he librado del apego, de aquella premura en quererte. El cuerpo caprichoso engañaba,
Vida me ha hecho nada, sin carga en la espalda, ¿qué peso a temer?, nada por quejarse, por todo agradecer.