Cargando...

ROMANCE NUEVO DEL PASTORCILLO

(Versión de Leopoldo Minaya del anónimo romance medieval "El pastor desesperado")*

Llorando va un pastorcillo,
llorando pasa, llorando;
de tanto llorar ya lleva
todo su cuerpo mojado.
 
—¿Quién te ofendió, pastorcillo?;
di, niño, ¿qué te ha pasado?
¿Quién ha robado tus reses,
quién espantó tu caballo?
¡Alma no tiene quien hace
llorar a un niño en el campo!
 
El pastorcillo me muestra
la llaga de su costado.
Me dice:—Muero de amor,
de amor doliente y callado...
Si muero, dejen mis huesos
pudrir en medio del campo
para que diga quien pase:
“Aquí murió un desdichado”.
 
Le digo:—¿Llevas razón,
pastor, en lo reclamado?
—Si a los que mueren de amor
los cubre Dios con su manto,
de cierto no sé por qué
los llevan al camposanto...
 
Y agrega, elevando al cielo
su aliento triste y amargo:
“Si yo pudiera, volara
sobre los picos más altos,
pero ser pastor y pobre
me deja entre los rebaños...”
 
 
[Canta]
 
«Si yo pudieeera, volaaara
sobre los picos más altos,
pero por ser pastor pooobre
me quedo entre los rebaños.
 
«...Si muero, dejen mis hueeesos
quedarse en meeedio del caaampo
como se quedan los hueeesos
de los que mueren amaaando.
 
«Soy un pooobre pastorcillo,
muerdo la hierba y el faaango,
si muero dejen mis hueeesos
pudrir en medio del caaampo,
seguro estaré que Diooos
me cubrirá con su maaanto;
no es necesario que lueeego
me lleven al camposaaanto...»
 
                       ***
 
Le digo:—Pastor, tú debes
dejar pasar lo pasado.
Pasado es tiempo perdido,
futuro es tiempo ignorado;
con alegrías de niño
vive en presente, y cantando,
que por cada flor marchita...
¡cientos te darán los prados!
 
—Todo lo tengo perdido,
ya ido el sueño más caro...
 
—¡Existe la tierra toda
para que rías, muchacho!
 
—Soy un pobre pastorcillo...
Muerdo la hierba y el fango...
 
—¡Amar a otro se puede
solo cuando te has amado!
¡Ni mil collares de perlas,
ni mil zarcillos bordados,
ni abiertas constelaciones
repletas, colmas, de astros,
valen lo que vales tú,
soplo por soplo, y humano!
Tú eres esencia divina,
eres objeto de un Pacto...
¡y bella es la tierra, el Orbe...
porque suspiras, muchacho!
 
... Así murió el pastorcillo.
Yo, que no entiendo, he llorado;
nunca imaginé posible
tal desgarramiento humano.
 
De amor murió el pobre niño...
El pueblo entero ha llorado...
y a repique de cencerro
(por no existir campanario)
un cofre de alas cubierto
a campo abierto dejaron.
 
Allí quedó el pastorcillo;
y tres niñas que han llegado
le dirigieron palabras
sin llamarle “desdichado”.
Una dijo: “Adiós, amigo”.
Otra dijo: “Adiós, hermano”.
La más pequeña de todas
(¡la que soñara entre sombras!),
con vocecita de alondra,
dijo: “¡Adiós, mi amor callado!”
 
¿Dijo “¡Adiós, mi amor callado!?”,
¿dijo “¡Adiós, mi amor callado!”?
¡Su tapa...
                     levanta...
                                          el cofre!
¡Se avistan rayos dorados!
...Y el pastorcillo despierta
por amooor,
                           por amooor,
¡por amor resucitado!
 
 
 
     [UN PASEANTE:]
 
—¿Qué veo? ¿Rayos dorados?
¡Quién lo creyera!
                                       ¡Un milagro!
¡Y es un milagro del amor!
¡Es un milagro!

*Existe una nueva teoría que duda de la condición anónima del romance El pastor desesperado, atribuyéndolo eventualmente a Ramón Menéndez Pidal; existen variantes de la composición. Para redimensionar el vínculo afectivo, Minaya se permite resucitar al personaje principal, al pastorcillo, que no vuelve a la vida en ninguna de las versiones precedentes.

#DeLeopoldoMinaya #DelRomanceDelPastorcilloDesesperadoDataDe2007 #PublicadaEnTalAñoDeManeraOral(DiscoCompacto)EImpresa(ComoLiteraturaAdjunta) #RomanceDelPastorcillo #VersiónNueva

Preferido o celebrado por...
Otras obras de Leopoldo Minaya...



Top