A Brunilda Contreras
Poema infantil. El tiempo niño.
Cuando tú llegas rompen las puertas sus prohibicion… los espacios se ofrecen para que l… y la casa —silencio
«Envejezco» (Señor, te doy las gr… y «declino» (Señor, te doy las gra… muy más cerca de ti, mucho más cer… Me «marginan» (Señor, te doy las… y me «agreden» (Señor, te doy las…
¿Adónde fueron, jardines, quién lo… Quien los hizo caer en la impresen… desdibujó las líneas con brutal desamor. ¡Sentirnos otros haría esta vez ta…
UNO Don Quijote a veces sale de los libros por tomar el aire claro del camino.
«Si el hombre sabio despega el labio, el necio ha huido con el oído. «El hombre necio
El conjunto de poemas que José Alejandro Peña presenta en este libro Suicidio en el país de las magnolias es una continuación en el tiempo de un oficio que desde el primer momento se...
—Entonces el bronce rodó por la pe… desenredando voces estridentes o a… En profusión formaron la noche de… una a una contaron historias verda… Una tras otra, otra tras otra, otr…
Regularmente se acostumbra a pensar en los poetas como individuos que conciben versos y los plasman y fijan para el presente o la posteridad, como fabricantes de estrofas y acentos.....
Cuando suelen pasar montañas grises —vagas torres astrales— veo la maduración de la luz sonorísima
Leopoldo Minaya:—Mis palabras van a estar caracterizadas por la sencillez y por la humildad, sin pretender que los conceptos encerrados en ellas sean absolutos o necesiten imponerse a n...
Señor, ¿por qué se ha acrecentado el núme… de mis enemigos? Muchos son los que ahora se alzan… Ellos están diciendo de mi espírit…
Tú recoges las huellas de mis voce… y las tornas canción de mediodía con pecado inmortal, con poesía... y adelantas tus sueños más veloces… Nada raro si truena en altavoces
Tanto como las palabras o las emociones –o el impetuoso incendio del espíritu–, la paciencia es ente primordial en la creación trascendente: la que queda en vigencia permanente y ven...
—Madre, no quisiera que me hundan en la tierra cuando… ni que tapien mi cuerpo en oscuros… ni que esparzan al viento mis ceni… ni me arrojen al mar por la cubier…
Te alabaré, Señor, con todo mi co… y así declararé tus maravillas. Con melodía entonaré tus himnos, ¡oh, Altísimo! Te has sentando en el trono de los…